Lesiones y Cuidados de la Piel en la Incontinencia Urinaria y Fecal
La prevalencia de la incontinencia en la población es en general mayor en mujeres que en hombres pero a partir de los 65 años de edad esta diferencia comienza a igualarse poco a poco llegando a alcanzar el 50% tanto en hombres como en mujeres en pacientes institucionalizados.
¿A qué se debe esta alta prevalencia? En el proceso de envejecimientos se producen ciertos cambios que van a alterar nuestra capacidad de continencia:
-Se reduce la capacidad vesical, es decir, la capacidad de almacenamiento de orina de nuestra vejiga disminuye.
-En los hombres, aumenta el tamaño de la próstata.
-Aparece debilidad de los músculos del suelo pélvico.
-Aumentan las contracciones del detrusor, que es la forma que tiene nuestro cuerpo de avisarnos de que nuestra vejiga está llena y debemos ir al baño.
-La longitud de la uretra se reduce y la capacidad para mantener la orina también.
Pero es que además, a todo esto debemos sumarle otras circunstancias que pueden aparecer en el proceso de envejecimiento normal como es la toma de medicamentos, que pueden aumentar el deseo de ir al baño, trastornos metabólicos, dificultades motoras, debilidad muscular, trastornos cognitivos, barreras arquitectónicas…
Con lo cual nos encontramos con un grupo de personas de edad avanzada que necesitan ir al baño muchas veces al día, más de una vez incluso en la noche, y que les supone un gran esfuerzo físico.
El problema mayor sucede cuando estas personas necesitan un cuidador, están hospitalizadas o institucionalizadas y necesitan ayuda para poder cubrir esta necesidad básica. Se ven “obligadas” al uso de pañal por Incontinencia Funcional, que no es otra cosa más que la incapacidad de desplazarse al baño a tiempo.
Lesiones en la Piel por Humedad
La piel es un órgano que evita la pérdida de agua, electrolitos, nos protege de moléculas nocivas, nos ayuda a regular la temperatura, nos permite movernos, nos da sensaciones…
Cuando la piel se lesiona, estas funciones también se ven comprometidas.
A partir de la exposición de la piel a orina o heces, por ejemplo por el uso de pañal, aparece la Dermatitis Asociada a la Incontinencia. Puede aparecer en forma de inflamación, eritema, erosión y/o denudación de la piel, y puede incluso acompañarse de una infección secundaria ya que esta no es capaz de realizar correctamente su función de barrera.
Estas lesiones se localizan entre la vulva y el ano, entre el escroto y el ano, en los labios mayores o en el escroto, ingles y nalgas o glúteos.
Se presentan en forma de espejo, en las dos nalgas, de color rojo brillante y de bordes difusos e irregulares.
Cuidados de la Piel
Con la edad, la piel pierde su elasticidad, el colágeno, el grosor…por lo aumentan las posibilidades de su ruptura.
La piel de las personas mayores es más delicada que la de los bebés, debemos usar productos específicos para ellos, con un pH similar al de la piel y que no sean irritantes.
Debemos cambiar el pañal desde que lo notemos húmedo y tener cuidado con las cintas adhesivas para que no se peguen en la piel.
Realizar una limpieza suave con agua y jabón. El jabón debe ser de un pH similar al de la piel.
Secar la piel suavemente y sin frotar.
Hidratar la piel. Debemos usar productos emolientes o sustancias oleosas, normalmente vienen en forma de pomada. Son las pomadas que usamos para los culitos de los bebés, deben hidratar y a la vez actuar en forma de barrera repeliendo la humedad. Ojo, no usar nunca vaselina, ya que esta va a impedir que el pañal absorba.
Y por supuesto, tomar medidas ante la incontinencia. Valorar el tipo y motivo de la incontinencia, el uso de ayudas técnicas, la colaboración del cuidador, la fisioterapia motora y la reeducación del suelo pélvico, y disminuir las barreras arquitectónicas.